sábado, 4 de noviembre de 2023

La era de la insensatez

Muchas veces me he preguntado acerca de las razones por las cuales dejo escritas opiniones en este lugar tan poco frecuentado.


Digamos que, quienes perdieron el tiempo leyendo tanto disparate saben que utilizo este espacio para dejar reflexiones acerca de las cuestiones que hacen  a mi interés o preocupación: entre tantas la política de este siempre sufrido país.

Y, claro está, me convoca la política una vez más; que se presenta con el rostro abominable de quien, debe reconocerse, no esconde nada de lo mucho que piensa, hace, representa y es.

Si antes de la pandemia (evento que tiene directa relación con la expectación del sujeto Mílei) era impensado imaginar que algo así pudiera ser considerado no ya una opción válida, sino algo imaginable incluso desde la parodia (ni Pedro Saborido se hubiese animado a pergeñar un dirigente político así), quizá nos encontramos a pocas semanas de que ese sujeto peligroso llegue a la Presidencia de la Nación.

A quien debe reconocérsele que no esconde nada de lo que piensa y lo que es: basta con escucharlo, drogado hasta el culo o no para enterarse. 

Rodeado de la ralea más antidemocrática imaginable, parafraseando a Massera, citando autores de libros cuyas solapas habrá leído; insultando a los alaridos a propios y a extraños, con la locura de un loco suelto que representa a unos cuantos millones que andan con el cerebro en llanta. 

Su triunfo, claro está, lo debería al odio antiperonista (muchas veces, sino justificado, explicable ante comportamientos que dan pena, asco y, precisamente, odio) y a los frutos de este gobierno olvidable. 

Sin embargo, vuelvo al principio y me pregunto porqué dejo caer reflexiones que a nadie habrán de interesarle, que tendrán el peso insignificante de entradas pasadas, cuyo sentido hoy (en muchos casos) no comparto.


Lo hago para dejar testimonio de lo que tantos y tantas advertimos y tememos: unas horitas de ese energúmeno como Presidente nos puede cambiar la vida a todos y a todas; sino a acabar (simbólica y materialmente) con la de cientos de miles (o millones), con la disolución nacional a la vuelta de la esquina.

Quien nada bueno ofrece para la resolución de los muchos problemas que tenemos, excepto para el grupúsculo de saqueadores que lo rodea.


4 comentarios:

  1. Estoy muy preocupada de que semejante personaje siniestro llegue a la Casa de Gobierno! También me preocupan los "aliados de último momento! Que crisis terrible! Tanto odio! Dios quiera que se vote con responsabilidad y cordura. Muy bueno el artículo.

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  2. Gracias por tu reflexion horacio...se vivsolo en horas inciertas..pero confio en que el pueblo no se va a resignar... a la entrega
    Ya no es el loco chirolita....quien decide los que arrojaron bombas en el 55 la lacra que se oculta...servilmente y quiere ser colonia...son los mismos de siempre minorias poderosas aliadas de los mezquinos intereses extranjeros los que acompañan la nueva casta...solo el pueblo salvara al pueblo

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  3. ¡Gracias por los comentarios!

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  4. Amigo radical. Uds. Cómo todos, nos hemos equivocado. No vuelvan a hacerlo porque terminaremos en un infierno procesosta

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