domingo, 11 de abril de 2010

El Nacional B como posibilidad.


La culpa la tiene Gerbino, un amigo que pulula por estos lares y me tiró de la lengua.

Soy, más que hincha, amante de River Plate, como tantos que nos identificamos con esa divisa a fuer de una tradición nacida de nuestros mayores: imposición o sugerencia (del padre, en general) o reacción contra esa sugerencia (el padre, una vez más).

Por ende, mal que les pese a los Sebrelis, el fútbol es mucho más que un divertimento en este país que transpira ese deporte lo juegue en cancha de once, sobre el pasto sintético del fútbol 5, las baldosas del papi o en la “Play Station”.

Dice mucho de nosotros el fútbol, para bien o para mal, y creo que a esta altura el dato es incontrovertible.

Era de libro, al inicio del profesionalismo, que los denominados “grandes” del fútbol se quedaran con todo, en especial, los “grandes” entre los “grandes”: River Plate y BJ.

No era el panorama más alentador desde la práctica de un deporte que supone el riesgo esencial de exponerse a un eventual revés, dado que los “grandes” casi nunca perdían. A punto tal que los organizadores de aquellos primeros campeonatos, tuvieron que importar árbitros ingleses, a fines de los ’30, para que por lo menos a los equipos chicos le cobraran un penal.

Mucha agua corrió bajo el puente y las corruptelas de este país corrompido alcanzaron a los “grandes”, que hoy por hoy dan lástima.

En mi caso, dolor.

Con o sin aquellos favoritismos, habiendo atravesado épocas duras (18 años sin campeonar, por ejemplo) nunca River Plate atravesó instancias tan penosas como ésta. No sólo desde lo futbolístico (da asco ver jugar a River) sino desde lo institucional: han desmantelado al club no sólo financieramente –lo cual es grave- sino (evoco a la Mujer Araña) moralmente.

River Plate es una institución sin moral. Sin amor propio. Sin vergüenza.

La hemos perdido, sí y sólo sí hay gente que va a la cancha a ver esos espectáculos abominables que ni siquiera tolero desde la pantalla de la televisión, mediante una propuesta empardable (en mi recuerdo) a la del River del 82/83, con Bulleri, Berrueta, Messina y Giudice, entre otras glorias.

Pero lo de ahora es peor. Desde que aquellos jugadores eran simplemente malos y estos, además de malos, son impunes, son unos canallas. Unos hijos de puta para hablar clarito.

Soy injusto con 3: Vega, el arquero, Almeyda y Paulo Ferrari. El resto son una porquería, que privilegian las noches en Esperanto u otro cabaret (sufragadas con las jugosas primas que paga tan generosa institución) a los entrenamientos y salen a la cancha a proponer la bazofia que siempre ofrecen, como la que ofrecerán hoy, ya ni me interesa con quien, sé que van a perder y mal.

Porque además de incapaces, de mediocres, son unos hijos de puta. Hay que verlos jugar con la lentitud y el error de cálculo de quien se recupera de varias noches de excesos.

Por eso, lejos de temerle al descenso, lo espero. Va a suceder el año que viene y espero eso a una “manito” de la AFA que nos hundiría en una humillación peor -si es posible caer más bajo en la dignidad de lo que se ha caído con tanta inmundicia-.

Si descendieron grandes como Racing, San Lorenzo, Huracán, por qué no nosotros. Por qué no, si hasta hace poco, estuvieron allí Estudiantes, Lanús y Banfield, campeones indiscutidos de recientes campeonatos y copas internacionales.

Tenemos que ir a jugar el Nacional B y resurgir desde el pozo. Que tal vez no se detenga allí si es que vamos a jugar en segunda división con algún Funes Mori, un Affranchino o algún Ferraro, caeremos más bajo aún.

Propongo que la temporada que viene, River juegue con la tercera, o con la cuarta.

Mezclándolos a los pibes con los tres que rescaté, a los que habría que mejorarles la prima, porque vendrán tiempos difíciles, pero participarán de una gesto refundacional.

Al resto, se les rescinde unilateralmente el contrato y que litiguen: quiero conocer al juez que le reconozca alguna paga al “Burrito” cuando se le pruebe el dosaje de alcohol en sangre o a tanto soretito que anda esquilmando al club.

Jugar con los pibes.

Con esos que vienen del interior y que juegan con el pecho inflado al vestir la camiseta más gloriosa del fútbol argentino. Que ponen garra, huevo, corazón. Para que nos volvamos a emocionar de verlos sufrir, pelear por esa casaca, que nos ayude a olvidar la mierda que vienen proponiendo Gallardo, Rosales u otro fracasado que anda de prestado (aunque a muy buena paga en River).

Por supuesto que con Astrada. Sería muy cruel sacar de la dirección técnica a quien se está enfermando en esa condición.

Hermanos gallinas: vámonos al Nacional B.

Con los pibes, que descendemos cantando.

2 comentarios:

  1. Mi querido, quería evitar hacer un comentario sobre estas líneas porque el tema no me es nada grato. Pero en fin, hay veces que uno no puede ir en contra de lo que siente. Comparto esas menciones sobre el presente del club de mis amores -sin perjuicio de que hace unos años que no voy a la cancha-, pero lo que más me llama la atención es que todavía no salga publicado nada de la auditoría contable que el presidente actual prometió hacer. De ahí surgirán -siendo un poco ingenuo tal vez- los malos manejos, los chanchullos, negociados y demás. Respecto de lo futbolístico qué más puedo decir...los jugadores son un desastre, ni siquiera muestran ganas o dignidad de llevar esa casaca. No pido categoría porque no la tienen y no se puede pedir "peras al olmo", pero aunque más no sea un poco de vergüenza. Ahora, viendo en la fecha un poco de Argentinos Juniors vs Gimnasia, pensaba una cosa: River no tiene un número 9 como la gente, es más, el único que podríamos encontrar (Funes Mori es un juvenil, una promesa que están quemando y que me hizo acordar al Cuqui Silvani)es Canales. Argentinos Juniors, que está muy bien, tiene a Pavlovich y a Calderón, que sin ser ninguna maravilla son bastante más que Canales. Cómo puede ser que River no pueda acceder aunque más no sea a un 9 como esos! algún gol más tendríamos y quizás más puntos...En fin, podría extenderme sobre cada puesto de la cancha pero eso es justamente lo que no quería...
    Sólo queda decirle, estimado Galván, hablando de números 9, que cuando vi por TV todo los homenajes que le hicieron a Palermo por ser el máximo goleador de la historia de BJ, me acordé de Ud. y de un día viernes a la noche en el que arreciaba el frío hace ya muchos años y que significó el nacimiento de Palermo. Es más, luego de esa jornada se lo mencionó como un posible refuerzo para River, hablando de números 9....

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  2. ¡Lisandro!

    Ahora entiendo...

    Sí, esa noche aciaga de ese sujeto de pelo albino (creo) sentándose como un buda en el verde césped del Monumental...

    ¡Qué recuerdo ominoso!

    Ahora, agradezco el comentario, que desde luego rubrico y espero, como Ud. a que quedan atrás estos tiempos aciagos, quien le dice, al compás del tiki-tiki.

    Gran abrazo.

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