lunes, 9 de agosto de 2010

Estado de inseguridad



A través de la edición de “Página/12” de ayer, me enteré de que el temible sujeto que dirige la Iglesia Católica Argentina, Jorge Bergoglio, invocó al patrono de los desocupados, San Cayetano, aunque en este caso no hizo hincapié en el flagelo de la desocupación que asoló a nuestra sociedad durante muchos años, sino en pro de otras falencias.

Más explícitamente leemos en “Clarín”: “En un momento en que la sociedad está muy sensibilizada por hechos delictivos de singular violencia, la problemática de la inseguridad se coló en la tradicional celebración de San Cayetano, patrono del pan y del trabajo. En la misa central oficiada en las puertas del santuario del barrio porteño de Liniers, delante de numerosos fieles, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, imploró ayer protección al santo ante “la inseguridad que produce tanta violencia desatada en nuestra sociedad”.

"Las palabras de Bergoglio fueron pronunciadas luego de que –entre otros hechos luctuosos– una joven embarazada fuese baleada tras retirar dinero de un banco, en La Plata. Y de que el bebé que estaba gestando muriera tras una batalla por sobrevivir. Así, el cardenal se hizo eco de la gran preocupación por la inseguridad que mostraron los fieles en sus peticiones y que se reflejaron en el lema de la festividad de este año: “San Cayetano: Caminamos con fe pidiendo tu protección” (http://www.clarin.com/sociedad/San-Cayetano-Bergoglio-proteccion-inseguridad_0_313168834.html).

No es el primer religioso que hace eje en la cuestión. Recuerdo al rabino cool Sergio Bergman proponiendo un cambio a la letra que Vicente López y Planes consagró para el Himno Nacional Argentino, cuando propuso aquello de: “Oid mortales el grito sagrado, seguridad, seguridad, seguridad”, sin sonrojarse.

Esta mañana, puesto a arruinarla como de costumbre, escuché la última hora de: “Magdalena tempranísimo”. Luego de escuchar a un reportero que con minucia describía la ordalía de un vecino del barrio de Saavedra que acabó muriendo de un infarto al descubrir a los intrusos en su vivienda (experiencia, por cierto horrenda) presté atención al informativo de las 8.30 horas, cuyas cuatro primeras noticias (entre ellas la del robo en Saavedra) cubrieron hechos delicitivos, la muerte cruel de Isidoro, a la cabeza.

Leo en “Twitter” que don Eduardo Duhalde postula que Néstor y Cristina Kirchner: “no alcanzan a entender la magnitud del problema de la inseguridad”.

Recuperada la economía, superado el affaire Pérez-Redrado, incuestionada la “muerte institucional” proclamada por cierto sector de la oposición, parece que la clave de la disputa electoral que se nos viene será: “la inseguridad”.

Y es particularmente preocupante que se haga tanta alharaca con el tema, puesto que desde una mirada conspirativa, invitará a la repetición de hechos deleznables como el ocurrido en La Plata que, de cuya perversidad, puede desprenderse alguna elaboración previa.

Lo anticipó el cardenal Bergoglio, el “Clarín” suena cada vez más potente y desesperado, se acompaña esta prédica desde cierta oposición, por lo cual, es razonable temer, meses venideros complicados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario