miércoles, 23 de octubre de 2013

Gente que piensa diferente.

Desde este lugar ínfimo, vamos a poner nuestro granito de arena (para despuntar la entrada con un lugar común horrible) que alimente el médano infinito del cambalache en el que se ha convertido la sufrida política de este sufrido páis.

Es notable como todo se tergiversa. Notable resulta la facilidad de los tergiversadores de todo en este final de campaña enloquecido: con la Presidenta y el gobernador de San Juan convalecientes, con el gobernador de Santa Cruz advirtiendo que le "quieren tirar un muerto", con la casa del gobernador de Santa Fe, baleada; con un atentado a la candidata jujeña Milagro Sala; con un nuevo siniestro en el ramal Sarmiento de la red ferroviaria metropolitana, el de un tren manejado por un psicópata que anunciaba tragedias por un blog como este y -según informa La Nación, ni más ni menos- tomaba sol y dormía (según su propia confesión) mientras piloteaba formaciones repletas de pasajeros de tez cobriza y pobre, por lo general.

En medio de todo, el evento Cabandié. En principio, el de menor relevancia.

A esta altura debiera escribirse el evento Cabandié-Casero, o las pruebas de la degradación de un artista que uno quería hasta el evento Cabandié.

Es notable, escribíamos, como se tergiversa, como se da vuelta todo: según la lógica "Casero" Estela de Carlotto (y la de tantos y tantas dispuestos a acompañarlos porque denuncia los abusos de una dictadura) es autoritaria y el comisario que se apropió de Juan, cuando tenía horas de vida, un filántropo que rescató a un bebé de las garras de la subversión.

Esto último corre por mi cuenta (lo de las garras de la subversión) lo otro lo dijo el mismísimo hiper obeso protagonista de Farsantes. Que el comisario (ahorraremos su apellido) que se apropió de un bebé cuya madre y padre serían inmediatamente desaparecidos después de haber sido secuestrados y confinados en las mazmorras de la dictadura, que le puso su apellido, falsificando una partida de nacimiento, rescató a ese bebé, a la postre y con dos décadas transcurridas, legislador Juan Cabandié.

No dejo de sorprenderme al repasar la declaración del desaforado Casero quien desde que tuvo el desatino de decir lo que dijo (o de mostrar su pensamiento profundo) en el programa del domingo a la noche que conduce un extorsionador de zapateros, otrora periodista, sigue y sigue con lo mismo.

Que tiene miedo. Que vivimos en una dictadura. Que le advirtieron que no hablase porque le mandarían la AFIP. Que para callarlo tendrían que matarlo. Que en ese caso pasaría a la clandestinidad. Que Estela de Carlotto integra una patota de persecutores de opositores que se materializa a través de los programas de PPT, que denostan a quien piensa distinto (ver: http://www.lanacion.com.ar/1631645-la-replica-de-alfredo-casero-a-estela-de-carlotto-senora-no-soy-el-enemigo) y otros excesos de quien parece no pensar en lo que dice, ni tener al lado nadie que lo haga reflexionar.

Demás está aclarar que no se pretende que Casero sostenga que vivimos en el mejor de los mundos, que Cristina Fernández es inconmesurable en su talento para gobernar el país, que Cabandié se comportó cuando fue sometido a un procedimiento ilegal a manos de numerario de la Gendarmería y de un pichón de bataclana, como un lord inglés y que está enamorado de Sandra Russo y de Orlando Barone; sólo que entienda que lo que ha dicho (y en consecuencia le contestó Carlotto) es aberrante. Que si algún Fiscal tuviera tiempo y ganas podría denunciarlo por haber perpetrado una apología del delito, aunque es deseable que no tenga tiempo ese Fiscal, porque una detención o un llamado a indagatoria de Casero daría pasto a quienes creen en el miedo, la persecución, la dictadura y otras teorías elaboradas al calor un par de décadas de abusos, según parece.

Que nadie en ningún lugar del mundo sería quedaría impune si dijera que Hitler hizo bien en exterminar judíos y que (llegado el caso de que se hubiese urdido un plan de la especie del llevado a cabo en la Argentina) los bebés judíos hijos de los exterminados en los campos de concentración, habían sido rescatados por oficiales de las SS.

Algo parecido (no exagero en lo absoluto) dijo Casero al hablar de rescate, en lugar de apropiación.

Y, paranoicos como somos, no creemos que sea casual que Casero haya dicho lo que dijo, sino que es consecuente con lo que días atrás le había dicho Carrió al propio Cabandié durante un debate televisivo: "el delito no se hereda. Vos tenés que saberlo, que sos hijo de desaprecidos". Empleados ambos del "Grupo Clarín", metieron el dedo en una llaga demasiado abierta y a juzgar por las repercusiones, la cosa no salió tan mal para sus patrones: no cosecharon el repudio que merecían por haber dicho lo que dijeron.

Seguramente, por lo que muchos sabemos (y hemos escrito en este espacio): no existe un consenso lo suficientemente amplio de condena a la represión estatal perpetrada en los '70, bien por el contrario, son unos cuantos los que (en silencio, la mayoría) ponderan y justifican esos delitos, sino no se entiende como tanto imbécil anduvo difundiendo un suelto publicado en una cloaca de la web (SEPRIN) que publicó los domicilios del matrimonio Cabandié-Alfonsín, padres de Juan; porque ambos figuran en los padrones electorales. No sorprende la bajeza del SEPRIN, de mierda están hechos sus redactores, escoria de la más baja, sí que haya tanto idiota difundiendo las psicopatías que se difunden desde ese inmundo portal.

Más preocupante es, que ningún dirigente opositor haya reparado en los desbordes de Carrió y de Casero, que Binner, Stolbizer, Alfonsín o, por qué no, Michetti, De Narváez o Massa hayan expresado cierto acompañamiento personal a Cabandié, por lo menos, que lo hayan hecho público. Que expresaran que les resulta deleznable que se justifique como lo han hecho ambos la desaparición de sus padres y su apropiación.

Entre tanta mierda, sólo cabe esperar que termine una campaña inesperadamente violenta, preparatoria de una etapa que se viene, que se presenta muy difícil, así lo evidencia la intemperancia del grueso de la oposición y por sobre todo, del grupo económico que opera detrás de la mayoría de sus dirigentes, perdida la batalla legal, según parece, en la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Grupo económico, dispuesto a convertir al país en un caos, según lo advirtió en agosto un extorsionador de zapateros, que supo ser periodista, desde los estudios del canal de televisión de ese grupo económico en uno de los tantos shows de los domingos a la noche.

2 comentarios:

  1. Cuanta razón, querido amigo. Veo tanto ex defensor a ultranza de la democracia devenido en justificador de los crímenes perpetrados por los usurpadores del estado en aquella época nefasta, hoy agitan el dedo índice apuntado hacia el cielo y diciendo "esto con los milicos no pasaba" o vociferan la teoría de los dos demonios como verdad revelada. Sea como fuere, supongo que en algunos casos es como decía Bachellard respecto del espíritu científico, hasta los cincuenta años intenta refutar el saber y a partir de los cincuenta necesita confirmarlo y un pensamiento conservador los invade y en general es más fácil dar vuelta la cabeza, ponerse las anteojeras y sumarse al discurso simplista y análisis chato y la derecha siempre tuvo la facilidad de mostrar su conveniente orden como el natural ser de las cosas. Abrazo enorme. Aníbal.-

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    1. Amigo querido. Se agradece el aporte. Coincidimos, aunque creo que aquellos que ayer se rasgaban las vestiduras y hoy justifican lo injustificable, nunca fueron progres o democráticos. Eran antiperonistas y era un modo de estar con Menem, que era el peronismo de los '90. Era lindo ir de la mano de Estela o de Hebe, contra el Turco. Era fácil ser progre.
      Ahora, cuando otro gobierno peronista, de signo ideológico contrario al de aquel peronismo, reivindica las banderas del progresismo de esos años, la cosa se complica, y como lo que pesa es el antiperonismo, cambian ellos igualmente y abrazan la reacción.
      Como Casero, sin ir más lejos.
      Abrazo inmenso.

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