miércoles, 30 de diciembre de 2009

Alcira Argumedo.

Hace unos días, Página/12 publicó la columna: “Una coincidencia metodológica”, firmada por Alcira Argumedo, flamante Diputada Nacional por “Proyecto Sur”, Cámara prestigiada por Alcira, fruto de la avalancha de votos que esa fuerza cosechó durante la última elección de junio pasado.

Era la segunda vez que se presentaba Alcira, a quien voté en 2007.

Encabezaba la lista Claudio Lozano, pero a decir verdad, la voté a ella. Fuimos unos cuantos los que votamos a Pino en la presidencial que ganó Cristina, pero no tantos como para que Alcira ingresase a la Cámara.

Precursora de las llamadas: “Cátedras Nacionales”, surgidas de la necesidad nacida del producto de la imbecilidad criminal de ese criminal imbécil que fue Juan Carlos Onganía, que ni bien asumió la emprendió contra el nido de marxistas que era la Universidad Pública en los años ’60, mediante ese operativo policial conocido como: “La Noche los Bastones Largos”.

Alcira, como otros tantos –por todos, vaya mi recuerdo a Juan Carlos “Negro” Portantiero- ocuparon el lugar que dejaron vacante los profesores corridos por los palazos de los esbirros de esa desgracia que fue el degenerado de Onganía.

De allí su predicamento, sostenido en la coherencia de una prédica, de una lucha, inapelables.

Se acercó a Pino o por lo menos la íntima relación política que los une, creo, nació de su participación en los documentales: “Memoria del saqueo” y “La dignidad de los nadies”, y desde ya, a partir de su militancia en: “Proyecto Sur”.

Hechas salvedades que consideraba necesarias, porque valoro muchísimo a Alcira paso a destacar mi disenso con la columna que cité a principio. Mi desazón, mi sorpresa en realidad.

Me gustó muy poco, o mejor dicho, su prédica da cuenta de una postura demasiado intransigente hacia el gobierno nacional, que no comprendo.Por momentos es incomprensiblemente descalificatoria la columna, sino macartista.

Por caso, cuando alude a Sabatella y su opción. Leemos: “La ‘tercera posición’ del diputado Sabbatella es, bajo toda evidencia, un kirchnerismo con antifaz. Su nuevo bloque se conforma con el diputado electo por el kirchnerismo Carlos Heller, con Vilma Ibarra y con los socialistas-kirchneristas Ariel Basteiro y Jorge Rivas. Al acto de presentación del bloque en Atlanta concurrieron, entre otros, el viceministro de Economía kirchnerista Roberto Felleti, el diputado kirchnerista saliente Edgardo Depetri, el legislador kirchnerista Juan Cabandié, el kirchnerista Hugo Yasky de la CTA, miembros de la kirchnerista Carta Abierta y diversos simpatizantes del kirchnerismo: en la lógica de Aristóteles, sería más bien el ‘tercero excluido’”.

Escribe “kirchnerista”, como quien insulta. Y me pregunto, en esta Ciudad en la que el 80% de sus hijos pueda darme buenas o malas razones de su desprecio a Cristina Fernández, a su esposo y a su gobierno, por qué se censura de esa manera a este proceso político. No digo que no albergue defectos, traspiés, miserias, sólo me pregunto por qué desde el lugar de Pino y Alcira (que en buena medida es el mío también) por qué se considera insultante ser "kirchnerista" o siquiera, tener una mirada amable a la gestión de gobierno.

Porque lo que asusta es que no censure Alcira a quienes supieron coincidir con el "kirchnerismo" hasta hace un ratito y supieron irse a tiempo.

No por nada, no referencia la nota a Bonasso o a Donda, a quienes ya no puede motejar de “kirchneristas” no obstante consiguieran sus bancas merced al apoyo en tiempos más felices a esa expresión política. Astutos: huyeron cuando debían hacerlo para hacerse de algún cargo comisional o ganar espacio en medios a los cuales cualquier censor de Cristina Fernández le viene bien.

Huyeron con argumentos pueriles, insostenibles desde su felonía. Se postularon acompañando un proyecto que abandonaron en el momento en el que se los necesitaba.

Porque corresponde decir que el gobierno de Cristina Fernández no traicionó en esencia ninguno de los postulados de su plataforma de octubre de 2007, bien por el contrario, supo honrarlos en tiempos poco propicios.

Aclaro que nada de eso se puede afirmar de Pino o de Alcira: siempre estuvieron en un lugar diferente e incluso comparto su defensa a la estrategia de “Proyecto Sur” de confluir con fuerzas parlamentarias de signo en algunos casos frontalmente antagónicas a la suya, al definir las autoridades de las Comisiones de la Cámara, que derivó en la histórica sesión presidida por la “señora televisión”.

Sin embargo, aparece como inopinada su postura de oposición sin cortapisas al gobierno nacional. Por caso, que ofenda a antiguos compañeros de ruta que se involucran en "Carta Abierta", motejándoles eso de: "intelectuales kirchneristas".

Como si –tal vez esté yo equivocado y no vea o no sepa cuestiones que diriman esas postura- no advirtiese el “Proyecto Sur” que hace mucho para que las alternativas sino reaccionarias, ciertamente conservadoras que vienen velando las armas desde el 11 de diciembre de 2007, sucedan a este tibio intento –pero intento al fin- de proponer algo distinto de la partitura tantas veces ejecutada desde el infausto epílogo del igualmente infausto gobierno de Isabel Perón.

Fue desde entonces cuando comenzó a destrozarse el estado de bienestar justicialista y eso siguió hasta nuestros días, en los que convivimos con las acostumbradas miserias cotidianas, impensables pocos años atrás.

Quieren volver los mentores de las ideas que dejaron estas ruinas, tan bien relatadas por Pino en su cine documental, porque todavía queda mucho dinero por hacer y habrá que poner las cosas en su quicio, rectificando los tibios, mínimos, insuficientes, avances y desafíos emprendidos por estos dos últimos gobiernos, que aunque hiedan, vienen siendo lo mejor (o lo menos malo) que recuerdo desde muchos años ha.

Y vuelvo sobre mis pasos y me pregunto acerca de qué pretende Pino, qué persigue Alcira, sino un posible gobierno comunal en esta Ciudad de vecinos bienpensantes que les prestaron sus votitos en junio pasado. Me niego a creer que aspiran a gobernar el país, no creo que sean tan ingenuos.

Por ello, reitero, no hallo razones a esta oposición enconada, acérrima, tributaria de los que esperan 2011 con el cuchillo y la chaira.

Voy terminando.

El Canal de la Ciudad, antes de que se convirtiera en la bazofia que Macri nos propone desde hace dos años, incluía en su programación un segmento muy interesante y original. Se llamaba “La caldera” o algo así, conducido por María Pía López, quien reporteaba a intelectuales desde las calderas del edificio de la Biblioteca Nacional. Desfilaron: David Viñas, Nicolás Casullo, Horacio González, Tulio Halperín Donghi, Oscar Terán, creo que Emilio De Ipola, y por cierto, Alcira Argumedo.

Recuerdo de esta última entrevista una reflexión deliciosa de Alcira. Dijo, cito de memoria, por cierto, que a fines de los años ’80, cuando se derrumbaba el Muro de Berlín en Europa, moría el “socialismo real” y en estas pampas se descascaraba lo poco que quedaba en pie del estado social de bienestar, los sociólogos de la UBA discutían acerca de la naturaleza del rizoma. Se caía el mundo a pedazos y nuestros intelectuales se masturbaban con una teoría acorde a esa práctica placenteramente solitaria.

Digo, y tal vez soy injusto, no vaya a ser cosa que Alcira y el "Proyecto Sur" en una postura demasiado intransigente no estén caminando por la senda de aquellos despreocupados estudios del rizoma, porque -espero que Chile en pocos días no sea la piedra de toque- lo poco que se logró en estos años se puede ir a la mismísima mierda.

Referencia: "Una coincidencia metodológica". En: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/136986-44152-2009-12-15.html

4 comentarios:

  1. Andrés, me gusta su honestidad intelectual que le permite poder criticar a sus preferidos. Yo también conocí a Alcira Argumedo en la época en que sus textos nos desasnaban de cómo era la cuestión en latinoamérica y la admiraba, por eso es que comparto con usted la sorpresa por esta posición ultra que para nada creo sea ingenua porque ella conoce muy bien que cosas se están jugando con su radicalización.

    Como me he llevado muchas sorpresas en este tiempo, por ej. también con Lanata, se me ha dado por preguntarme si es que las personas pueden cambiar tanto o si realmente nunca fueron lo que creíamos que eran.

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  2. A veces me da la sensación de que algo se me escapa. De que estoy confundido y mi mirada hacia la realidad está distorsionada al desconocer determinada faceta o alguna ruindad solapada en el proyecto político del gobierno nacional que me contagiaría el encono de gente tan valiosa como Alcira.

    No hay sarcasmo de ningún tipo, sí azoramiento ante una postura demasiado torcida ante estos días inquietantes.

    ¿Cómo es que no se advierte la posibilidad y el riesgo (tal vez definitivo) que esta coyuntura propone?

    Cierto es que valoro mucho más la postura de Sabatella (implacablemente tachado por Alcira como un "kirchnerista con antifaz") e incluso la de gente respetable como Macaluse o Raimundi, que las de los referentes del "Proyecto Sur", nimbados -creo- por el ego infinito de ese artista y luchador tan valioso que es Pino.

    Esperemos a ver qué pasa durante el período legislativo.

    Tal vez contribuya a reconciliarnos (políticamente hablando) con dirigentes tan valiosos, tan necesarios.

    Te agradezco mucho la posibilidad del intercambio.

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  3. Si Sabatella es un "kirchnerista con antifaz", Argumedo es una macartista sin antifaz. Eso no se hace, Alcirita, no se etiqueta a la gente; hoy la etiqueta es "kirchnerista" y a lo mejor mañana, Dios no lo permita, vuelve a ser "subversivo" o "marxista". Y a vos, caramba, en una de ésas ya te habrá quedado la costumbre de etiquetar.

    ¿Qué problema tendrá con el rizoma? ¿No pudo pasar de la primera página?

    Por otra parte, se nota que no tiene la menor idea de lo que es Carta Abierta. Tampoco habrá leído las Cartas. Sería bueno que sepa que las asambleas de Carta Abierta son de entrada libre y gratuita (no hay un cartel que diga "macartistas abstenerse") y allí puede enterarse de qué se trata, porque se nota que no tiene la menor idea.

    Hay algo en todo esto que no es político, sino que tiene que ver con las pasiones humanas más elementales. Se llama envidia. La Biblia habla de ella, y muchas tragedias. Todos la tenemos, en mayor o menor medida. Pero algunas personas son dominadas por la envidia, y a veces resulta lastimoso. Un caso extremo es el de Carrió: tiene una envidia bochornosa y desesperada. Y cada día se descubren más y más envidiosos, se "sacan el antifaz".

    Ya no se trata de "no hacerle el juego a la derecha", se trata de no ser una imbécil.

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  4. Comparto el contenido, disiento en parte con la vehemencia Julieta que sin embargo respeto e incluso, aliento.

    Como siempre pensamos parecido, aunque vos te enojes más que yo: como escribí no sé si a mí se me escapa algo y Alcira o Pino ven algo que yo no, pero no quiero repetirme.

    Te invito a que leas lo que dejé de Chile y opines, porque tus intervenciones son muy importantes en este foro.

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