jueves, 5 de julio de 2012

Román.

Fabio Alberti, en los meses del colapso de fines de 2001, en el Canal 7 del Estado (en condigno derrumbe), escribía disparates en un pizarrón y  preguntaba a la cámara: "¿qué nos pasa a los argentinos? ¿estamos locos?"

Algo de eso pensé anoche cuando escuchaba pirotecnia, bocinazos y hasta una bandera de River festejando... el triunfo del Corinthians (¡¡¡¡!!!!).


No voy a apelar a ninguna frase hecha patriotera (el fútbol y la Patria se relacionan entre sí, como el culo y la témpera), sólo que me da mucha vergüenza, como hincha del (otrora) glorioso River Plate que se celebre la desgracia de Boca.

Méritos hicieron muchos bosteros (no todos) al gozar como nada el descenso de River el año pasado. No puedo expresar (constituiría una apología del delito) las cosas que pensé y deseé a Boca Juniors y a cada hincha de Boca en ese aciago mes de junio de 2011.

Con tres excepciones: Luciano de Franceschini, Miguel Rep y Juan Román Riquelme.

Fueron los únicos bosteros (por lo menos de los que conozco)que lamentaron sinceramente el descenso de River. 


Recuerdo a Riquelme en conferencia de prensa cuando se le preguntó por el descenso de River. 


No sé quién inventó que el 10 de Boca es inexpresivo, no será efusivo o falso al estilo de ese imbécil de Iudica, para hacer una comparación que Riquelme no merece;  su expresión, siempre contrariada, expresa muchas más sensaciones que el histriónico más pintado.

El respeto con el que Riquelme habló de River (River Plate, dijo), la pena sincera, genuina, con la que lamentó ese alternativa (resaltando el duro momento que atravesaban sus colegas, los futbolistas de River), realzó en mí el respeto que siempre tuve por ese deportista, cuyos deslices en la Copa de 2006 (bien que relativo) y en la Copa América de Venezuela del año siguiente, lamenté enormemente.

Escribo, entonces,  para dejar testimonio de mi respeto, futbolística y humanamente, a don Juan Román, jugador de excepción, exquisito de la pelota que por esos azares de la vida, vistió la camiseta equivocada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario