viernes, 15 de junio de 2012

Beatriz Sarlo, irritada.

Tuve ocasión de comentar en este espacio que los viernes, son días difíciles, desde que debajo del felpudo de la puerta de mi departamento, yace la edición del diario La Nación.

Dije, también, que la lectura que emprendo de ese periódico nace de mi necesidad de saber en qué anda la muchachada que piensa tan distinto a uno, desilusionándome muchas veces con intelectuales que alguna vez he respetado. O mejor, me desilusiono conmigo, porque aunque no lo parezca, los pensadores que escriben en La Nación (la categoría de intelectual a muchos de ellos les excede) siempre pensaron parecido, sin perjuicio del atavío, más o menos "progresista" que lucieran veinte o quince años atrás.

A propósito de esto, recuerdo un reportaje que María Pía López le hizo a Alcira Argumedo en los sótanos de la Biblioteca Nacional, que se emitía por el Canal de la Ciudad, antes de convertirse en esa porquería macriana que es por estos días. Creo que se llamaba "la caldera". Y doña Alcira (ese cuadro valiosísimo que el ego infinito de un director de cine colocó en el lugar desde el cual según Perón no se regresaba) comentó que en los años '90, mientras se derrumbaba el Estado de Bienestar y caían todas y cada una de las conquistas alcanzadas a partir de mediados del siglo XX, en la Facultad de Ciencias Sociales se discutía acerca de la naturaleza del rizoma.

Cuán cierto lo que decía la querida Alcira, definición que complemento con un recuerdo personal: he combatido -desde el llano, dijera Joaquín- al gobierno de Carlos Menem haciendo pie en "la corrupción" de los dirigentes que gobernaban el país, soslayando el motivo que debió haber centralizado mi antagonismo, cual era, el desguace del Estado, la aplicación (corregidas, aumentadas, concordadas) de las políticas económicas de exterminio social ensayadas durante la dictadura de Videla, Martínez de Hoz & cía.

Éramos una legión (hecha de clasemedieros bienpensantes) que protestábamos contra ese estado de cosas que no tolerábamos, desde la afrenta a valores republicanos y de "decencia" en el manejo de la cosa pública, abrazándonos a los paladines de la pureza institucional: los jinetes de la Alianza, por todos, Fernando de la Rúa, Carlos Álvarez, Graciela Fernández Meijide.

Todos recordamos cómo nos fue con ese terceto.

Cerca de Fernández Meijide, al frente del "think tank" de intelectuales que la arropaba y preparaba para la Presidencia de la Nación (¡¡¡!!!) estaba la amiga Beatriz Sarlo. La recuerdo, firmando columnas en la revista Tres Puntos, las cuales traducían ese ideario, el del eticismo clasemediero, a despecho de otras transformaciones que eran las aberrantes de veras, las que en meses acabarían con ese esquema insostenible de exclusión y pobreza extrema de la mayoría de quienes vivíamos en estas pampas feraces.

Coherente con sus ideas, leo en la edición de La Nación (que viene a arruinar mi día viernes 15 de junio) que doña Beatriz en un programa de TN sostuvo su indignación por la decisión de la Presidenta de la Nación de trasladar a su hijo para una intervención quirúrgica de Río Gallegos a Buenos Aires en el avión presidencial: "un gesto republicano de una persona ultra rica es no hacer volar esa flota y menos en esas circunstancias. En un país donde la salud pública tiene muchos problemas, resulta irritante el gesto de la Cristina", aguijoneó. 

La reflexión volvió a llevarme a los recuerdos de los años '90 y a evocar la tirria que tantos (Sarlo, Fernández Meijide, el boludo que escribe) teníamos respecto de ese avión presidencial. Y lo felices que esuvimos al escuchar al candidato De la Rúa (que votamos con tanto entusiasmo patrio) prometer que lo vendería, para reparar esa afrenta a la decencia republicana, promesa que no cumpliría y daría pie a una portada falsa de Página/12 del 28 de diciembre de 2000: "Último Tango en París": "El Gobierno cumplió con su promesa de campaña. Después de un año consiguió colocar el lujoso avión presidencial. Los arreglos para  la venta fueron acordados secretamente por Graciela Fernández Meijide durante su cuestionado viaje a Francia" (http://www.pagina12.com.ar/2000/00-12/00-12-28/index.htm)


Pasaron los años: el avión no se vendió y su uso sigue generándole tirria a Sarlo.

Muchísimas otras cosas cambiaron: se juzgaron a los máximos responsables de la represión ilegal durante la dictadura militar, se canceló la deuda contraída con el Fondo Monetario Internacional, la desocupación pasó del 25% de 2001 a cifras de pleno empleo; se reanudaron las paritarias entre trabajadores y patronos; se afianzó la unidad sudamericana, dejando atrás una política internacional hecha de servilismos y desvergüenzas; se aprobó la Ley de Matrimonio Igualitario; se sancíonó la Ley de Servicios Audiovisuales, por la que ningún otro Presidente podrá ser (como lo fueron Menem y De la Rúa) rehenes de Magnetto y su gavilla; se recuperaron los fondos previsionales confiscados por las AFJP, consagrados a la timba financiera; se recuperó la empresa más importante del país, YPF, de la especulación de una multinacional de origen español; entre tantas otras medidas que determinan el apoyo de quien escribe (y de decenas de millones de habitantes de este páis) al modelo instaurado a partir de mayo de 2003.

Cambió el país, para felicidad de los que menos tenían, de los que menos tienen.

Para irritación, seguramente, de Beatriz Sarlo.

10 comentarios:

  1. Mauro Gonzalez Diez15 de junio de 2012, 14:51

    Beatrice está irrtada desde que sus propios colegas no la votaron para Profesora Honoraria de la UBA, en el 2001 creo...perdió por goleada y eran Troskos,pero como ella también era zurdita (jajaja, aprendí a ser de izquierda leyend a Cortázar decía) se enojó y se hizo Gorilona...es feo volverse grande y caer en el olvido....

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  2. No se si viene al caso, pero me encantó lo que dijo el catalán: La Patria no está en el bolsillo, está en la gente.Noemí.

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  4. Mauro, Noemí: ¡gracias por las opiniones!

    ¡Què siga el baile, canejo!

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  5. Beatriz no hace más que expresar su reprobación por una medida de la presidenta: eso no contradice su actitud anterior respecto de la venta del avión. Garcete declara que compartió con ella (y, sea dicho de paso, conmigo) su inicial apoyo a la Alianza y también compartió el retiro casi unánime de ese apoyo. Beatriz demolió con argumentos las payadas oficialistas de "678". Y eso sí irritó al oficialismo.

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    Respuestas
    1. Don Emilio. No ironizo en lo absoluto si le digo que es honor, que el autor de "La Bemba" opine en este blog. Reciba un fuerte abrazo, lleno de consideración y afecto.

      Respecto de sus reflexiones, sí, quise joder con Beatriz (a quien no demonizo en lo absoluto) cuyas opiniones a veces, me joden.

      Cierto es que es una interlocutora eficaz y necesarísima del proyecto que apoyo, siempre desde una honestidad que (más allá del cierre provocativo de la entrada que comentamos)no desconozco, porque sería injusto hacerlo.

      Su paso por "678" fue lo mejor de Beatriz y del programa, dicho esto al margen de la utilización que se hizo de ese pasaje por Radio Mitre y afines.

      Digamos y aludo al mensaje del amigo anónimo, cuya participación agradezco, que me jode que Beatriz no esté acá, digo en esta vereda. Más allá de sus devaneos, sus yerros quizás en el pasado, no soy partidario de enjuiciar con tanta dureza sus opiniones de entonces, reflotadas con motivo de su visita a "678", no obstante, son ciertas y constituyen en mi mirada, como dije, un yerro.

      Cierro con el inicio: qué satisfacción es saber que don Emilio de Ípola lee y opina en este espacio modesto y honesto, por lo que hago votos, en su homenaje, para Huracán no pase por esas horcas infames (vaya si este riverpaltense lo sabe) de la promoción para evitar el descenso a la B Metropolitana.

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  6. Algo mejoró doña Beatriz. En 1975 escribía artículos apoyando a López Rega e Isabelita porque eran el freno contra la expansión del socialimperialimo soviético que encarnaba la izquierda peronista.
    En esas épocas era la estrella intelectual de un grupúsculo maoísta, V.C..
    Ahora... bueno... en realidad mucho no cambió, siempre apoya lo peor y lo sigue haciendo desde el enanismo político.

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  7. Don Emilio. No ironizo en lo absoluto si le digo que es honor, que el autor de "La Bemba" opine en este blog. Reciba un fuerte abrazo, lleno de consideración y afecto.

    Respecto de sus reflexiones, sí, quise joder con Beatriz (a quien no demonizo en lo absoluto) cuyas opiniones a veces, me joden.

    Cierto es que es una interlocutora eficaz y necesarísima del proyecto que apoyo, siempre desde una honestidad que (más allá del cierre provocativo de la entrada que comentamos)no desconozco, porque sería injusto hacerlo.

    Su paso por "678" fue lo mejor de Beatriz y del programa, dicho esto al margen de la utilización que se hizo de ese pasaje por Radio Mitre y afines.

    Digamos y aludo al mensaje del amigo anónimo, cuya participación agradezco, que me jode que Beatriz no esté acá, digo en esta vereda. Más allá de sus devaneos, sus yerros quizás en el pasado, no soy partidario de enjuiciar con tanta dureza sus opiniones de entonces, reflotadas con motivo de su visita a "678", no obstante, son ciertas y constituyen en mi mirada, como dije, un yerro.

    Cierro con el inicio: qué satisfacción es saber que don Emilio de Ípola lee y opina en este espacio modesto y honesto, por lo que hago votos, en su homenaje, para Huracán no pase por esas horcas infames (vaya si este riverpaltense lo sabe) de la promoción para evitar el descenso a la B Metropolitana.

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  8. Gracias por sus palabras Horacio. Creo que los debates son necesarios y reconozco que en estos años hay muchos y buenos. Pero serían mejores si todos olvidáramos un poco los argumentos ad hominen, sobre todo los referidos al pasado. Sacando a los Videla y cia. perdono a todos y pido perdón por mis yerros y por lenguaje casi religioso. (No puedo usar la palabra "autocrítica") Busquemos espacios donde una discusión sin descalificaciones sea posible. Ricardo Foster, Horacio González, Eduardo Rinesi, entre otros, son dilectos amigos míos y, en eso, piensan como yo. Dios nos salve...del descenso.

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    1. Muy apreciado Emilio. Coincido, plenamente. Muchos somos quienes (ironías y retruécanos al margen) transitamos esa senda.

      Si tiene tiempo, lea la última entrada.

      Demás está decirle que la escribí pensando en Ud.

      Gran abrazo

      PD.: Se salvan, de una, dijeran los pibes. No creo que los de Boedo tengan esa suerte...

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