sábado, 13 de marzo de 2010

6 7 8


Todo lo que ocurre por estos días me sorprende o por lo menos desafía mi capacidad de asombro.

De donde provengan, las alternativas que se viven en esta etapa excepcionalmente excepcional del país resultan llamativas e inquietantes desde el desafío a lo preestablecido, a las creencias, convenciones o intuiciones en especial, en materia política.

En ese contexto, especialmente llamativo aparece el rol de los medios de comunicación, en particular, el jugado por el canal 7, muy especialmente por el programa estrella de esa emisora: “6 7 8”.

Quienes visitan este espacio, saben que sigo el programa, desde por un lado, mi adhesión (crítica) al gobierno de la presidenta Fernández y por cierto, debido a su estética del producto, propio de los elaborados por la productora “PPT”.

En tal sentido anoto, que hay una apuesta demasiado fuerte de Gvirtz y sus muchachos a favor de este proyecto, que tal vez le cueste caro en un futuro cercano, variable de por sí plausible de ese producto.

Por mi madre, cristinista dura y pura, aún desde una procedencia distinta del de la Presidenta de la Nación, a cuyo proyecto tributa un apoyo sostenido y lúcido, supe que en tiempos de la discusión por la ratificación legislativa de la resolución Nº 125 de retenciones móviles a la comercialización de granos, el programa “TVR” de la misma productora, proponía una mirada francamente opositora al gobierno nacional.

Ese enfoque cambió, en especial a partir de la inclusión del citado “6 7 8” en la grilla del canal estatal, acentuado en especial con motivo de la discusión de la Ley de Medios Audiovisuales.

Mucho se escribió y se dijo acerca del cambio operado por “PPT”, aunque anoto que el viraje fue parejo al operado en Víctor Hugo Morales, periodista incuestionado desde su ética profesional, llegando la osadía de Gvirtz incluso, a proponer una mirada confrontativa con los intereses del medio propietario de la señal en la que se difundió “TVR” a lo largo de 2009 (el canal 13), circunstancia dirimente en el retardo sufrido por ese programa durante todo el ciclo, aunque debe decirse, no alterado desde su contenido por aquellos cuestionados desde el programa que emitían.

Lo cierto es que “6 7 8” pasó a ser blanco de críticas y diatribas tremebundas, por todas, la que trazó Pablo Sirvén en una edición dominical del diario “La Nación”, al compararlo con el noticiero oficial de la dictadura de Leopoldo Galtieri, dicterios particularizados en los periodistas que allí se expresan, Orlando Barone a la cabeza. Fue tal la censura desde esos medios de difusión que uno de ellos, como se reseñó en este espacio, laureó a Barone como el “peor periodista” de 2009.

Cuando escribía que mucho de lo que sucede por estos días sorprende, tenía en mente al programa que aludo por esa toma de posición decidida y explícita en defensa del proyecto del Presidenta, en cuyo contexto se convocó a pocas de escribir estas líneas, una marcha en defensa del gobierno nacional, que a juzgar por las imágenes que acabo de ver por televisión (desde luego que por Canal 7) ha sido multitudinaria.

Muchedumbre al margen, la convocatoria en sí me ha sorprendido, desde esta nueva apuesta, o este modo de expresarla, que propone “PPT” en su prédica defensiva del gobierno nacional; novedad de una audacia similar a la de Bernardo Neustadt a principios del gobierno de Carlos Menem, cuando invitara a aquella “Plaza del Sí”.

Anoto a su vez, alcances y significados diversos, no obstante ambas convocatorias pretendieron apuntalar una gestión acosada mediante una apuesta movilizadora desde un espacio que apunta, paradójicamente, a la desmovilización. Movida ingeniosa, bien pensada y como se dijo, audaz, que dará que hablar.

Porque si bien otros medios, en especial en tiempos de la 125, reflejaron las marchas convocadas en ese contexto en apoyo o repudio de la medida, no fueron sus mentores, por lo cual la movida da pie a una reacción que tal vez no tarde en llegar y como sea, en tanto apela a la movilización aparece saludable.

Por último, finalizando estas reflexiones escritas en caliente sobre los acontecimientos, quiero destacar lo que considero es uno de los atributos principales del programa que motiva esta entrada: la honestidad intelectual de los periodistas que trabajan en él y por cierto al igual que en las restantes producciones de “PPT”, la inteligencia –a veces aviesa- con la que se usa el material de archivo con el que cuentan.

Decía que hay honestidad intelectual –críticas válidas la margen- desde esas propuestas cáusticas, como alejadas del atrevimiento bobo y la edición artera de otros productos, por todos: “Caiga quien caiga”, por cuanto, aunque decidida por la línea editorial y los amores y odios del productor Gvirtz, el uso de las imágenes de archivo son casi siempre, inapelables.

Y en especial por la intervención de Sandra Russo, noches atrás.

Esa mina valiente, esa periodista comprometida y lúcida, habló del momento que atraviesan los medios de comunicación, que calificó certeramente de “irregular”, caracterización que según dijo alcanzaba a su vez al programa y al medio en el que trabaja, lo que justificó desde la necesidad de proponer una mirada diferente a la unilateral que se propone desde los medios de comunicación heridos a causa de la aprobación de la aún no implementada Ley de Medios Audiovisuales.

Comentando esa genuina intervención con Gonzalo, un amigo que mucho tiene que ver con que yo le dedique tanto tiempo a estos menesteres, coincidíamos en el acierto de Sandra, como en la expectativa de que “6 7 8” vuelva a ser lo que prometió en sus inicios, un programa ciertamente jugado a favor del proyecto gubernamental, aunque abierto a otras miradas, por contradictorias que sean con aquella.

No creo, por caso, que personas valiosas como Pino Solanas, Ricardo Alfonsín, Claudio Lozano o Margarita Stolbizer vuelvan a visitar el programa y esa prevención, resta.

Con todo, tiene razón Sandra y es de esperar que en los días, semanas y meses que vienen, propios y extraños reflexionen desde sus roles acerca del estado irregular en el que vivimos todos los días los sufrientes hijos de esta tierra, contribuyendo desde donde fuera a la construcción de una realidad menos inflexible, menos agonal.

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