sábado, 6 de marzo de 2010

A la izquierda de la pantalla, señora.



En el sainete legislativo que presenta el panorama político actual han intervenido, mediante la declaración conjunta que se transcribe, los Diputados: Pino Solanas, Claudio Lozano, Eduardo Macaluse, Miguel Bonasso, Cecilia Merchán, Victoria Donda, Alcira Argumedo, Jorge Cardelli, Liliana Parada, Graciela Iturraspe, Julio Martínez y los Senadores: Luis Juez, Norma Morandini.


“RECHAZAR AMBOS DECRETOS, PERO SIN DEJAR DE LADO LA
DISCUSIÓN DE COMO FINANCIAR LA BRECHA QUE PRESENTA EL PRESUPUESTO, para poder estar en capacidad de atender las necesidades que la sociedad argentina presenta. En tal sentido proponemos:

“1º Que el Congreso solicite el Poder Ejecutivo el Urgente envío de un Proyecto de Ley Complementaria del presupuesto 2010, que permita discutir seriamente como cubrir el faltante de 90.000 millones de pesos que este presenta. A este respecto sostenemos que frente a esta brecha es urgente plantear políticas agresivas de nuevos ingresos que por via de: a) Restitución de las contribuciones patronales a los niveles que éstas tenían en el año 1993, con tratamiento especial para las PYMES. Permitiendo de tal forma recuperar una suma cercana a los 15.000 millones b) Eliminar exenciones impositivas que premian a sectores concentrados de la economía y a la renta financiera. c) Revisión integral de la política de subsidios. El actual presupuesto contempla casi 40.000 millones de pesos en subsidios destinados mayormente a garantizar ganancias extraordinarias a sectores dominantes de nuestra economía.

“Este camino permitirá limitar al máximo el uso de reservas para el financiamiento que hoy se requiere.

“2º Exigimos la urgente conformación de una Comisión Bicameral que revise la totalidad de la Deuda Pública argentina. Tomando en cuenta que a pesar del proceso de desendeudamiento llevado adelante del 2003 a la fecha, que supuso pagar 40.000 millones de Dólares, hoy Argentina debe más de 162.000 millones de la misma moneda, y se registran vencimientos para el corriente año por 85.000 millones de pesos en concepto de amortizaciones e intereses, resulta evidente la necesidad de replantear el tratamiento del endeudamiento poniendo de lado del Estado argentino todas las herramientas legales disponibles para poder negociar esta situación en mejores términos. Hecho este que permitiría compatibilizar la carga del endeudamiento con una estrategia de desarrollo.

“3º Limitando al extremo el uso de reservas para el pago de deuda pública promovemos la utilización de las mismas para sustentar una política de inversiones que permita impulsar una estrategia de crecimiento con transformación del perfil productivo del país. Para esto, hemos presentado el proyecto de creación del Fondo Nacional para el Desarrollo Por todo esto sostenemos nuevamente que este interbloque participará de cualquier sesión que incluya la discusión de estas iniciativas. No nos vamos a prestar a acciones que convaliden este zafarrancho institucional. Oficialismo y oposición conservadora hoy parecen empeñados por igual por en gambetear la discusión parlamentaria de los verdaderos problemas de la Argentina de hoy. El interbloque Movimiento Proyecto Sur está dispuesto a que el Congreso funcione no solo para discutir sino para garantizar la solución de los problemas que afectan la calidad de vida de millones de argentinos.”


La cuestión de la deuda –en especial a partir de 1983- ha venido generando un debate central en torno a su tratamiento se proponga su pago o su desconocimiento, parcial o total.

Las voces provenientes del espacio que representan los legisladores firmantes de la declaración conjunta vinieron alistándose casi siempre en alguna de las propuestas de la segunda variante.

No obstante dos de ellos (Donda y Bonasso) apoyaron al gobierno de Néstor Kirchner, que aún embarcado en una política de “desendeudamiento” que pretende profundizar su sucesora, cuyas listas integraron para renovar sus bancas o acceder a ellas, nunca puso en crisis la legitimidad de la deuda contraída por administraciones anteriores, abocándose a encontrar soluciones que la aligerasen, aunque siempre, echando mano al pago como herramienta.

Por ende, considero que desde la coherencia que se reclama siempre desde ese espectro político, se impondría que ambos legisladores explicasen (si es que no lo han hecho ya), las razones que militaron en el cambio anotado, dejando de lado la gratitud imperecedera que Cristina Fernández debe al papel decisivo de sus candidaturas en el triunfo del Frente Para la Victoria en octubre de 2007, cuando inolvidables y compactas multitudes de votantes se arrojaron a las urnas para votar por ellos, favoreciendo por añadidura, a la candidata presidencial.

Transfuguedas al margen, la “izquierda” parlamentaria, luego de un ponderable acto reflejo del pasado miércoles, cuando la postura obturista de la entente opositora era evidente, vuelven al redil del denominado “Grupo A” y con ello a favorecer la estrategia de los numerosos, duchos y acaudalados mentores de ese conglomerado enloquecedor.

Debo reconocer tal vez, que a diferencia de algunos de los hombres y mujeres de Estado que proponen la altiva declaración conjunta, no advierta quien escribe y den por descontado aquéllos, que en caso de un gobierno presidido por el candidato que apela a los amigos de Videla para juntar votos, al de los radicalitos que se encaraman en derredor de Cleto Cobos o al eventual del empresario afecto al reaggetón: “La vecinita tiene antojo”, podrá llevarse a cabo el liberador proyecto que se declara, dejada atrás esta diktadura avasallante de las instituciones, como entreguista del patrimonio nacional.

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