viernes, 1 de enero de 2010

Pino: Memoria del Saqueo


Así lo vi a Pino, en la terminal de Retiro, allá por el 2003. Cámara digital en mano, registraba el descenso de pasajeros en la imponente estación de trenes y poco tiempo más tarde comprendí por qué.
Pino, regresaba a los orígenes y la prueba de ello sería: “Memoria del saqueo”.

Una nueva apuesta al documental como vía de expresión y denuncia, cuyo puntapié inicial fue la contundente: “Hora de los Hornos”, estrenado acaeció en la "Mostra Internazionales del Cinema Nuovo", en Pesaro, Italia, en el agitado año de 1968.
Aquella película épica, con la que daré fin a este repaso, definió a Pino como artista y como político, y la vuelta a las fuentes que infiero, vino a ser asimismo el envión para su retorno a la política activa, que con tanta amargura había abandonado a mediados de los años '90.
Balance y memoria de los años duros de la transición democrática, que en clave de Solanas, vinieron a perfeccionar el entramado de destrucción política y social comenzada en tiempos dictatoriales.
Esboza Pino, lo profundizará en los films que vendrían, la complicidad de la clase dirigente con ese plan que tanta desolación dejó en el pueblo, en el marco de una denuncia de la que no se salva nadie: si es categórico con su aborrecido Carlos Menem y aplastante con el estólido Fernando De la Rúa; no es –ni mucho menos- indulgente con el gobierno y la persona de Raúl Alfonsín.
Los tres por acción, omisión, convicción o falta de ella, audacia o timidez, contribuyeron en la destrucción en la que se hundía el país en los días de su estreno.
Dijo el propio Pino:
La tragedia que nos tocó vivir con el derrumbe del gobierno liberal de De la Rúa, me impulsaron a volver a mis inicios en el cine, hace más de 40 años, cuando la búsqueda de una identidad política y cinematográfica y la resistencia a la dictadura, me llevaron a filmar ‘La Hora de los Hornos’.
"Las circunstancias han cambiado y para mal: ¿Cómo fue posible que en el “granero del mundo” se padeciera hambre? El país había sido devastado por un nuevo tipo de agresión, silenciosa y sistemática, que dejaba más muertos que los del terrorismo de Estado y la guerra de Malvinas.
"En nombre de la globalización y el libre comercio, las recetas económicas de los organismos internacionales terminaron en el genocidio social y el vaciamiento financiero del país. La responsabilidad de los gobiernos de Menem y De la Rúa no exime al FMI, al Banco Mundial ni a sus países mandantes.
"Buscando beneficios extraordinarios nos impusieron planes neo racistas que suprimían derechos sociales adquiridos y condenaron a muerte por desnutrición, vejez prematura o enfermedades curables, a millones de personas. Eran crímenes de lesa humanidad en tiempos de paz.
"Una vez más, la realidad me impuso recontextualizar las imágenes y componer un fresco vivo de lo que habíamos soportado durante las tres décadas que van de la dictadura de Videla a la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre de 2001, que terminó con el gobierno de la Alianza.
"‘Memoria del Saqueo’ es mi manera de contribuir al debate que en Argentina y el mundo se está desarrollando con la certeza que frente a la globalización deshumanizada, ‘otro mundo es posible’.
Poco queda por agregar a tan contundente expresión de motivos, sólo quiero destacar la magnitud del desencanto de Solanas: quien fuera –tal vez-, el mejor y más contundente impugnador de la última dictadura anota que en los años de la transición murieron más personas que en aquel tiempo ominoso.
A propósito, cuando repasa el gobierno de De la Rúa anota una particularidad que aún me conmueve: ningún gobierno civil anterior mató tanta gente.
Descarnada, cruel por momentos, “Memoria del saqueo” auspicia un ejercicio de memoria demasiado duro, como necesario, implacable desde las imágenes que no requerían complemento alguno desde su patetismo:
Menem trajeado de amarillo, recostado, canchero, contra un columna de la quinta de Olivos, lustrándose un zapato con la pantorrilla del pantalón, aguardando la recepción que tributaría a los integrantes de los “Rolling Stones”; De la Rúa pasando revista a las tropas españolas, franqueado por su Majestad, Juan Carlos I; decenas de pibes revolviendo la basura en los terrenos del CEAMSE; la furia clasemediera en tiempos del “cacerolazo”; el velorio de una beba desnutrida en una casilla en los alrededores de San Miguel de Tucumán.
En el mismo lodo, todos manoseaos.

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